Albeiro Rudas*
LA PATRIA|Anserma
Existe un testimonio muy cercano a la realidad de hace ya 500 años, gracias a los detalles que de la conquista de América dejaron sus cronistas, generalmente frailes que hacían las veces de secretarios de los conquistadores, muchos de ellos analfabetos y rústicos.
Los detalles que cuentan van desde su salida de España y hasta la llegada a lo que hoy es Popayán, que ostentó el título de Gobernación. De ahí hacia acá, paso tras paso, se ha descrito la historia del occidente del país. En esa cronología, aparece fundada Anserma, con el nombre de Santa Ana de los Caballeros, el 15 de agosto de 1539, por el capitán Jorge Robledo, pues este solo vino a ser mariscal después de su viaje a España. Dejó como alcaldes ordinarios de su ciudad a Melchor Suer de Nava y a Martín de Amoroto, y como alguacil mayor a Ruy Vanegas. Fueron los primeros gobernantes de un sitio medio poblado, donde el conquistador dejaba algún interés de orden político, o sea estratégico, pues de ella dependían las más de las veces una merced del Rey para el fundador. La villa no era otra cosa que una avanzada en el camino de la conquista, casi sin importancia, pero que permitía el descanso y aumentaba las posibilidades de dominio que a través de las ciudades se había logrado.
La iglesia católica
La presencia de la Iglesia fue fundamental en el proceso español de descubrimiento y conquista. Y aquí surge para Anserma el honor de haber sido el primer sitio del actual Gran Caldas, donde se celebró la Santa Misa, que la ofició el sacerdote Fray Martín de Robledo, pariente del fundador y su confesor. Con Robledo iba también como capellán de las huestes, Fray Francisco de Frías.
La Iglesia ha tenido mayor cuidado en la conservación de los documentos que tienen que ver con el pasado, y ello hace posible saber de la antigüedad de muchos hechos. En Anserma aparece una historia eclesiástica continua desde el año de 1717, cuando ejerció el curato el sacerdote Esteban de Guevara, quien gobernó por 21 años, en tres períodos discontinuos. En 1750, este levita consagró con el Obispo de Popayán, Bernardo Cataño Ponce de León, la ciudad a Santa Bárbara, que sigue siendo la patrona de la ciudad.
Existe un dato más antiguo que el religioso para presumir la existencia de Anserma como centro de importancia: el 3 de agosto de 1674, los herederos de las cuadrillas de negros presentaban al Cabildo de Anserma esta solicitud: "que en consideración de haber entrado el verano, y la cuadrilla de negros del beneficio de minas de oro de la mina de La Vega (Supía), no sacar ni aún para sustentarse, le suplicamos demandar, que el minero de dichas cuadrillas los lleve a las playas del río Cauca y las tenga allá sacando oro hasta que entre el invierno".
Puede verse el año, y con él la existencia en Anserma de Cabildo al que solicitan permisos o igualmente la presencia de negros esclavos, que rendían tributo a las autoridades de Anserma, lo que marca la importancia de la ciudad.
El traslado de la población
El traslado de Anserma hacia el sur, a lo que hoy se denomina Anserma Nuevo se acabó de hacer en el año de 1722, año en que ya vemos establecidos en forma definitiva sacerdotes en esta población, lo que indica que se llevaron los archivos civiles, posiblemente muchos implementos importantes de iglesia como una custodia, copones, cálices e imágenes; pero debió quedar de todo, puesto que la parroquia siguió subsistiendo. Además si quedó un sacerdote fue por la abundancia de gente en la vieja fundación, que tenía además Casa de Fundición, lo que sigue demostrando la importancia del conglomerado.
La aldea de Anserma
En 1816, don José María Restrepo, quien fue maestro de José María Córdoba y presidente de Antioquia, dijo que al pasar por Anserma encontró una aldea pajiza, casi desierta, pero el 18 de mayo de 1835, la Asamblea del Cauca crea los cantones de Supía, Anserma, Toro, Cartago, Tuluá, Buga y Palmira, con capital en Buga, mostrando otra vez que existía una organización civil y religiosa en el mismo sitio de siempre.
Anserma no desapareció, como pretendían demostrar varios defensores de Anserma Nuevo, pues en 1855 figura en la provincia del Norte del Cauca, Ansermaviejo, Riosucio, que apenas nacía, San Juan de Marmato y Supía; estaba apareciendo Apía con el nombre de Papayal. En 1868, Anserma tenía 1347 vecinos, que se presumen debían ser urbanos, lo que era un buen número de habitantes para ese tiempo; y para 1882, la Asamblea del Cauca erige en forma definitiva a Anserma como municipio, o mejor, se le concede esa categoría, que antes la tuvo y la perdió.
Se negó a desaparecer
Repasados entonces los momentos históricos en la vida de Anserma, vemos que jamás ha dejado de existir, pues si adjuntamos a los apuntes anteriores el hecho del 22 de marzo de 1627 el Oidor Lesmes de Espinosa y Saravia haber estado en Anserma realizando los asentamientos de indios de la comarca y prácticamente haber fundado a Guática, nos vuelve el orden para demostrar que siglo tras siglo, la Fundación de Robledo ha existido, unas veces más pujante que otras, cada vez en circunstancias diferentes, pero sin desaparecer como se ha pretendido demostrar.
Casi desde su fundación, Anserma fue epicentro de las oleadas de la colonización antioqueña que desde este sitio irradió hacia el sur y hacia el occidente produciéndose la fundación de pueblos como Apía, Santuario, Belalcázar y Risaralda entre otros.
* Con la colaboración del Historiador Darío
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