
Albeiro Rudas
LA PATRIA | Anserma
En una reunión extraordinaria del Comité de Gestión del Riesgo, realizada el viernes, luego de que se desplomó parte de la edificación ubicada en la esquina de la carrera 5.ª con calle 7.ª, en la Plaza de Robledo, se determinó que para evitar una tragedia se debía demoler con maquinaria amarilla el resto de la edificación.
Las paredes, aleros y fachada de esta estructura representaba un riesgo para peatones y vehículos que transitaban por este lugar a pocos metros del Palacio municipal.
La discusión en que se habían enfrascado propietarios y la Secretaría de Obras sobre si el inmueble hacía parte del patrimonio arquitectónico y requería de un permiso especial para ser demolido llevó a mayor deterioro, mientras se paralizaron los trabajos de demolición.
El invierno también cumplió con su parte para que esta vieja edificación se siguiera deteriorando, a lo que se sumó que personas entraban al lugar para ver de qué podían apropiarse y se llevaban maderas y otros elementos de la casa, afectando también su estabilidad.
El objetivo de la reunión del viernes era concertar voluntades para lograr pronta solución. Así fue como se determinó demoler lo que quedaba de la vivienda, que era poco.
La edificación contigua a esta también presenta deterioro, ya que gran parte del techo está en mal estado. El interior, además de los daños del agua lluvia, también es presa de los ladrones que han desmantelado este inmueble.

La casa cuando quedó a punto de caer del todo.
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