103 años no se cumplen todos los días, Mercedes Tamayo de Quintero los celebró en Anserma

LA PATRIA | ANSERMA

Mercedes Tamayo de Quintero celebró en compañía de su hija Luz Estela y de su hermana Cecilia sus 103 años de vida. La celebración fue en el tercer piso de una casa en el barrio Los Tilos, donde Mercedes reside.

Ella es un derroche de salud y buena memoria. De cuerpo erguido, como un roble, pasa sus días en un pequeño centro de oración ubicado en la misma vivienda, con imágenes religiosas y altares, a donde confiesa acude varias veces al día.

La centenaria nació en Sevilla (Valle del Cauca), el 28 de enero de 1917, igual que Matilde Tamayo Ocampo, su hermana gemela. Ambas llenaron de alegría a la familia con su llegada, pero la felicidad se convirtió en tragedia con el fallecimiento de su madre, minutos después de darlas a luz.

Cuenta Mercedes que como ella y su hermana eran idénticas, marcaban sus orejas con hilos de colores para poder reconocerlas. Matilde falleció siendo aún una niña.

Secreto de longevidad

Al preguntarle cuál es el secreto para para gozar de larga vida y buena salud, Mercedes no duda en responder: "Tener a Dios y a María santísima en el corazón". Cuenta que su devoción la heredó de unos padres ejemplares que le enseñaron a dejar todo en manos del Señor. No sufre de angustias, dolores, ni tristezas, "por eso soy una mujer feliz".

Su esposo murió hace cuatro años, pero aún tiene a sus hijas Luz Estela, Clara, y Socorro. La hija mayor de Mercedes, Luz Estela Quintero, en medio de la felicidad de celebrar los 103 años de su mamá, manifestó: "Le encanta comer cuajadas, carne y leche. Es la manifestación de Dios sobre nuestra familia. Es un tesoro".

Recuerdos violentos

Mercedes afirma que vivió la violencia entre liberales y conservadores, y que gracias a la fe no le pasó nada a su familia, pero afirma que vio morir a mucha gente víctima de la chusma y de los bandidos.

Su rutina para la larga vida

* Levantarse temprano a hacer los oficios del hogar.

* Tener fe en Dios y unidad familiar.

* Aunque tenga dificultades, no se quede en la cama, eso enferma.