El plebiscito, como experiencia política, deja moralejas que son aprendizajes sociales que deberán tenerse en cuenta, sino queremos volver a repetir los mismos yerros o quizás peores. Veamos algunos : el exceso de TRIUNFALISMO, indujo a creer que todo estaba ganado y se terminó “ensillando sin traer las bestias”. Todo parecía salir muy bien, el apoyo internacional, los pasos jurídicos y políticos se tramitaron sin dificultades a la vista, el acuerdo bien” pensado y confeccionado”, el acompañamiento de figuras reconocidas y los protocolos con ceremonias fastuosas ,daban un aviso inequívoco que su refrendación, iba a ser “pan comido”. Pero, el día de la quema, el humo no fue blanco como se esperaba. El aparato oficial se “ movilizó “, los gobernadores, alcaldes y partidarios del plebiscito se comprometieron a apoyarlo y a impulsarlo acompañados por los medios de comunicación y las encuestas que daban e como ganador el SI. Lo que supuestamente no se veía, era qué pensarían los partidarios del NO. LA ABSTENCION, este fenómeno de apatía política tiene sus raíces y su historia que hacen parte de la idiosincrasia de nuestro pueblo que tiene como base la ignorancia política y, en consecuencia por el concepto de democracia. Queda demostrado que el 74% no participaron sumiéndose en la apatía, la indiferencia, la indolencia y la abulia , como si ellos no fueran colombianos. El 36%, se polarizaron entre el SI Y EL NO. Son dos fuerzas mínimas que decidieron el rumbo del país en algo tan trascendental como es la búsqueda de la paz. 36%.de votantes, dividido en dos, porque el margen de ganancia fue muy escaso, algunos dicen pìrrico. Se concluye que con esta anemia política y democrática, difícilmente se podía llegar a legitimar una decisión de tanta envergadura. Queda demostrado una vez más que en nuestro país existe la dictadura de las minorías.
Se dice que políticamente tenemos dos colombiaspolarizadas, pero son tres si tenemos en cuenta la gran masa de indiferentes que ocupan el gran espacio social. LA PAZ, sí tiene un nombre y no es en este caso como debería ser, patrimonio de social, ni individual. Nadie le puede negar a Santos que es el padre con su obsesión y contumacia de este proyecto. En consecuencia, tratar de deslindar que la paz y Santos no tengan nexos bilaterales, es un adefesio. ¡ Qué ambigüedad, qué ambivalencia ¡ Muy equivocados algunos, tratando de armar sofismas diciendo que estamos con la paz y en contra del gobierno Santos, no tiene sentido. Igual ocurrió con Uribe, para que no se apropie de los votos por el NO, ya que muchos y no propiamente afectos al señor expresidente, votaron como opinión independiente de acuerdo con su conciencia unos en contra de Santos y otros en contra de las FARC. Los políticos de la coalición se hicieron los de “ la oreja mocha” y trabajaron con displicencia, es decir a media marcha, al fin y a cabo no estaban defendiendo sus curules con tamales, cemento, tejas y otras chucherías como cuando las elecciones son para ellos. De ahí, la abstención tan alta, ya que los electores de barriga prefirieron hacerse los desentendidos, pues el estomago, no piensa. LAS FARC, tienen su historia y difícilmente se borran las cicatrices de las heridas causadas directa e indirectamente a los colombianos. Todos somos víctimas. Es fácil perdonar cuando no hemos sufrido en carne propia el dolor. Las heridas sanan, pero las cicatrices quedan en el alma y en el corazón. Muchos votos, no fueron a favor del plebiscito, sino como una expresión de rechazo a quienes son tratados con tanta generosidad y magnanimidad por sus actos violentos, como premio a su maldad. Que privilegio tan grande tenemos quienes nos movemos entre el pueblo dialogando, conversando y explorando cómo piensa y actúa la gente del común. Algunos con su picaresca inteligencia, manifestaban con su natural jocosidad : ” las FARC, buscando en el monte una estaca, se encontraron una guaca” Al plebiscito, le faltó opinión popular, es decir tener en cuenta a todos, porque la paz, se hace con todos y no excluyendo con prepotencia a quienes parece no hacemos parte de esta Colombia. Faltó metodología, más que pedagogía y más astucia política, quien lo creyera. Fue un plebiscito elitista , como quien dice, nosotros los del pueblo no contamos. Queda entonces la gran tarea para las partes como retos y desafíos, si es cierto que hay voluntad de paz, sin contraprestaciones, sin esperar nada a cambio : HACER LAS REFORMAS QUE REQUIERE LA TRANSFORMACION DEL PAIS , lección que quedó muy bien aprendida con el doctorado que hicieron los negociadores de las dos contrapartes. en la Habana durante un tiempo muy largo. Reformas que se pudieron haber hecho sin las FARC, como prioridad de los gobernantes, como acciones prioritarias en cumplimiento de sus funciones buscando el bienestar de la sociedad colombiana. Que las FARC, pusieran el dedo en la llaga para poder reaccionar el gobierno con una visión social ,
que fueran las FARC las que le pusieron las gafas a la clase dirigente para que vieran el país real, parece inadmisible.¡ Qué miopía la de nuestros estadistas y políticos¡ Merecen un juicio por omisión.
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