Parece que el urbanismo creó un artificioso concepto haciendo creer que en la ciudad se encuentran todas las posibilidades de triunfar y de satisfacer las expectativas que parecen irrealizables en el área rural.
Las ciudades, son espejismos que atraen con fuerza de imanes con luces ilusas que ponen a soñar a más de un ingenuo desprevenido con imágenes que encandilan la realidad.
Nuestros campesinos, otrora personas laboriosas y buenas, por obra y gracia de la malvada e irracional violencia, identificada con diferentes matices, como la partidista, la guerrillera, la narco, la para, la estatal, la común y muchas más, sembró de sangre el área rural como consecuencia de gobiernos ineptos, inconscientes, inequitativos e injustos que en forma tendenciosa han diseñado políticas para arrasar y vapulear en forma insensible a los llamados campesinos obligándolos a tomar caminos rumbo a la ciudad con sus manos limpias pero inermes para meterse a la boca del dragón sin ninguna capacidad de defensa buscando posibilidades de abrirse espacios de dignidad como seres humanos.
“ SIN CAMPO, NO HAY CIUDAD”, se pregona, más con sentido político que económico y social. No es más que una retahila con la cual se quiere disimular la gran injusticia que se ha cometido con el campo.
Ayer, tener tierras era tener riqueza real, usufructuante que de alguna manera se traducía en calidad de vida ( otra frase de cajón ). Había con quien trabajar, con quien producir riqueza, así fuera en forma rústica y empírica.
Hoy, tener tierras, es tener pobreza, porque no hay con quien trabajar, ni con qué pagarles. Para entender este fenómeno de la desruralización y la hiperurbanización debemos apoyarnos en las paradojas que nos enseña el conocimiento empírico que nace del buen uso de la lógica que también es luz mental que ilumina nuestra razón para expresar planteamientos y argumentaciones . Me refiero a la influencia de lo que llamamos EDUCACIóN como eje de desarrollo integral individual y social.
La estigmatización inmisericorde y discrimatoria señalando a los habitantes rurales como ignorantes y analfabetas que solo servìan para ser peones de los terratenientes y el marginamiento por parte del Estado, obligaron poco a poco a las nuevas generaciones a migrar a los pueblos y ciudades atraídos por los fuego artificiales de las supuestas comodidades.Los jóvenes accedieron a la escolaridad buscando nuevas oportunidades abandonando sus costumbres y sus raíces para enrolarse en un mundo que no es su hàbitat pretendiendo ser académicos para explorar otras posibilidades que son bien intencionadas, pero a veces muy difíciles de lograr por carencia de recursos. EXCELENTE que nuestros jóvenes accedan a la Educación, pero con el argumento que, “ estoy estudiando”, se alejaron de las faenas productivas propias del sector agropecuario convirtiéndose en zánganos desde muy temprana edad siendo una carga para sus padres. Otros, se alejaron de la vida rural prefiriendo hacer cualquier actividad con tal de no TRABAJAR en las labores propias del campo, “ porque eso no es para nosotros”.
Y así pretende el gobierno con la RESTITUCIÓN DE TIERRAS, que sus originales y verdaderos dueños regresen a sus parcelas donde todavía se escucha el lamento de sus muertos y aún se aprecia la humareda de las barbaridades que cometieron todos a una llámense guerrilla, paras, Estado, bandas criminales y toda clase de alimañas sin Dios y sin ley. Si a nuestros jóvenes, se les diera una EDUCACIÓN para que fueran técnicos, tecnólogos o profesionales para que se queden en su medio produciendo y aportando conocimientos de última tecnología que impulsen el desarrollo de nuestro campo como una empresa que exige una gerencia más dinámica y más acorde con las necesidades actuales según los retos de este sector vital en la economía del país, esa sí sería una formación práctica que les beneficiaría en forma directa a corto, mediano y largo plazo ellos, a sus familias y al país en general.
¿Que cómo se reactiva el campo? Hmmm… muy fácil. Con EDUCACION que forme expertos en labores agropecuarias y otras afines, mejoramiento de vivienda rural, asistencia técnica, subsidios, estímulos y créditos blandos, vías que garanticen la movilidad, saneamiento básico, salud oportuna y eficiente, mercadeo de su producción, desestigmatización el campo como lugar de castigo para los marginados e ineptos, reconocimiento como sector productivo acompañado de TRANQUILIDAD, es decir, eso que llaman PAZ y fuerte sentimiento de afecto por nuestras raíces y un gran amor por nuestra madre tierra.
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