LA PATRIA | Q'HUBO | MANIZALES
Su nombre se relaciona con industrias, fábricas y bodegas o con tragedias invernales por las quebradas que pasan por la zona, ahí está Maltería, el barrio.
Cuentan los habitantes que la zona comenzó a poblarse en 1930, cuando la fiebre del oro se tomó la parte alta de la quebrada Manizales, allí instalaron las minas Farallones, La Coqueta y La Cascada. Antes solo había fincas que iban demarcando el camino de ascenso al Páramo de Letras.
Las fábricas empezaron a llegar entre 1930 y 1940, Maltina fue de las primeras y de ella surgió el nombre que años después acogería el barrio. "Cuando la gente de la ciudad visitaba este sector decían que iban para la maltería y así se quedó", cuenta José Humberto Duque, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio.
Todavía se conservan algunas casas de bahareque y fincas con ganado, gallinas y cerdos, pero a medida que fue creciendo el barrio las construcciones en cemento aumentaron.
El constituirse como barrio les llevó los servicios públicos, menos el acueducto oficial que cubre a la ciudad, pues tienen un acueducto propio. Aguas de Manizales comenzó el pasado 12 de agosto la construcción de una planta de tratamiento de agua potable para la zona.
Sus vecinas
Maltería está rodeado por las quebradas Manizales, Cimitarra, Santa Rita y Tesorito. La más conocida y a la que más le tienen respeto es a la Manizales que el 20 de marzo y el 13 de abril del 2011 tuvo crecientes que generaron avalanchas, arrasando con casas que estaban a su paso.
Sin embargo, ahora ya hay más tranquilidad por la construcción de dos diques a través de Corpocaldas y el Municipio. "Ha llovido duro y la quebrada se ha crecido, pero con los diques las empalizadas que bajan se detienen, después los limpian y todo queda bien", comenta Erasmo Aguirre, un habitante.
El sin sabor que dejó este episodio es que varias familias que perdieron su casa no han recibido el auxilio de la Alcaldía, por lo que volvieron a construir al borde de la quebrada. Según el presidente de la JAC no tienen a donde más irse a vivir.
En la actualidad Maltería tiene unos 600 habitantes. Viven obreros de fábricas, campesinos, estudiantes, comerciantes y amas de casa, quienes resaltan la seguridad y la confianza que hay entre ellos. Lo único que lamentan es que sus otros vecinos, la industria, contamine su ambiente.
Se destaca
Doña Flor Amado nació y creció en Maltería, aunque en su juventud se fue a vivir a Bogotá, hace 12 años regresó a su barrio. "Uno se enseña al clima, a su casa. Uno se va para otra parte y le hace falta", comenta. Destaca que la construcción tiene casi 100 años y guarda planchas de carbón, máquinas de coser y teléfonos antiguos. Doña Flor es conocida por la comunidad por su sencillez y hospitalidad, siempre tiene las puertas abiertas de su casa para divisar desde allí el barrio y la Zona Industrial.
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