En Bajo Andes se aferran a sus hogares

La promesa de política de tener un lugar dónde vivir motivó, hace 35 años, a Bertha Lucía Gómez Aguirre a invadir lo que hoy es el barrio Bajo Andes.

Con esa ilusión fueron cada vez más personas las que llegaron a habitar la ladera que la Alcaldía tiene declarada como zona de alto riesgo, y que limita con los barrios Nevado y Marmato; la escombrera de Villa Carmenza y la vía Panamericana.

Jesús Velásquez cuenta que también llegó al sector motivado por los políticos en 1979. "Nos daban los materiales, nosotros poníamos la mano de obra y el voto. Así armamos las escaleras y el alcantarillado".

Dice que durante 15 años ha recorrido los 395 escalones que hay entre la vía Panamericana y la calle 26 con carrera 36, única vía principal del barrio, aunque pocos vehículos bajan hasta ese punto.

En el Bajo Andes las vías principales son las escalas y los senderos estrechos que separan las casas de cemento en la parte alta, y de madera, bahareque y esterilla en la zona baja. Entre más cerca a la Panamericana, más pequeñas son las viviendas.

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