Los virus que causan el papiloma humano -VPH- son un grupo diverso de virus pertenecientes a la familia de los Papillomaviridae y representan una de las infecciones de transmisión sexual más comunes en la población femenina.
Se han reconocido más de 120 genotipos virales diferentes que, en relación a su patogenicidad se clasifican en cepas de alto riesgo (AR) y de bajo riesgo (BR) oncológico. Los genotipos de relación directa oncológica precursores del cáncer de cuello uterino son el HPV16 y el HPV18.
Adicionalmente, se encuentran 12 genotipos de alto riesgo a saber: 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66, y 68 lo cuales producen niveles de infección clínicamente relevantes (Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, 2012).
Cabe mencionar que el virus del VPH es asintomático y en la mayoría de los casos no produce flujos vaginales, dolor pélvico, alteraciones en la menstruación, ni dolores en las relaciones sexuales.
Las infecciones por VPH se pueden propagar por contacto directo de piel con piel durante una relación de sexo vaginal, oral, y/o anal.
El uso del preservativo o condón provee una protección limitada contra el contagio del virus del papiloma humano (Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, 2012).
El cáncer de cuello uterino en Colombia es considerado un problema de salud pública, siendo la primera causa de muerte por cáncer entre las mujeres colombianas (Comisión de Regulación en Salud, 2011).
Colombia tiene una población de 17,8 millones de mujeres mayores de 15 años de edad, quienes están en riesgo de desarrollar cáncer cervical (DANE y Organización Mundial de la Salud, OMS).
Cada año 5,600 mujeres son diagnosticadas con cáncer cervical (Profamilia). Un promedio de 6.8 mujeres mueren diariamente a consecuencia de esta enfermedad (Comisión de Regulación en Salud, Colombia, 2011).
Se estima que cerca del 15.9% de las mujeres de la población general serán infectadas con el VPH en diferentes momentos de su vida (OMS).
En Colombia al igual que la gran mayoría de países del mundo el control de cáncer de cuello uterino esta principalmente delegado a la tamización con citología cervical con intervalos 1-1-3 , es decir, que si los dos primeros años se obtiene un resultado negativo la próxima citología cervical debe realizarse cada tres años en adelante (Cervical cancer screening programs in Latin America and the Caribbean, 2008).
Los programas de tamizaje a través de la citología de células cervicales han reducido de manera considerable la morbimortalidad causados por cáncer de cuello uterino en países desarrollados.
Sin embargo, en los países de medios y bajos ingresos como Colombia, la implementación de estos programas no han logrado los resultados deseados en términos de disminución de las tasas de incidencia y mortalidad (A randomize trial of HPV testing in primary cervical screening, 2009).
Los problemas más importantes se encuentran en los programas regionales y municipales para prevención de cáncer de cuello uterino los cuales presentan deficiencias en cuanto a la estructura y a la baja asignación de recursos, mostrando grandes retrocesos y poca cobertura poblacional del programa de detección temprana del VPH (Control del cancer cérvicouterino en Colombia, Panamerican Journal of Public Health, 2009).
De acuerdo a la médica Nubia Muñoz, ganadora del premio Gairdner Foundation del Gobierno de Canadá por su investigación que define la correlación entre el VPH y el cáncer cérvicouterino “la vacuna es recombinante fabricada in vitro a partir de uno de los genes de la capsida del VPH que genera partículas similares al virus del VPH, pero no contienen ADN del VPH y por consiguiente no es infecciosa”.
La vacuna contra el virus del papiloma humano ha sido aprobada por la Federación de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA) y el INVIMA en Colombia.
Existen dos tipos de vacuna, cuadrivalente, lo que significa que protege contra cuatro genotipos de VPH: 6, 11, 16, y 18; y la bivalente dirigida a dos genotipos de VPH: 16 y 18. La recomendación del FDA es inmunizar a pacientes entre las edades de 9 a 25 preferiblemente con ninguna experiencia sexual o que estén libres de la presencia del virus.
La vacuna debe ser administrada en una serie de tres inyecciones en el tejido muscular con intervalos de 0, 6 y 12 meses. En Colombia se encuentra aprobado las campañas masivas de vacunación contra los tipos de VPH 16 y 18 “Gardisil”.
La vacuna es una de las armas en la lucha contra el cáncer de cuello, que debe ser complementada con los programas de tamización para detectar las lesiones precancerosas del cuello uterino (Dra. Nubia Muñoz, 2014).
En la actualidad se cuenta con nuevos desarrollos de dispositivos médicos de última generación, los cuales han sido desarrollados teniendo en consideración la anatomía humana femenina y el uso de nuevas tecnologías para recolectar suficiente cantidad y calidad de células cérvico-vaginales por la paciente misma para ser analizadas posteriormente a través de un sistema de identificación de ADN del VPH.
De acuerdo a la revista médica “The Lancet” se han realizado suficientes estudios usando la auto-toma vaginal para la prueba del VPH demostrando que este método incrementa la cobertura poblacional y es más sensible que la citología ginecológica.
“La prueba del VPH por auto-toma es más barata, más fácil de implementar y tiene un índice menor de resultados falsos-negativos que la citología.
El análisis de muestras con auto-toma supone un incremento de la cobertura poblacional que se pudiese alcanzar y además la gran aceptabilidad” (Dr. Eduardo Lazcano Ponce, Profesor del Centro de Investigación en Salud Poblacional, Morelos, México, 2005).
Adicionalmente, la prueba de auto-toma enfrenta con mayor facilidad los paradigmas socioculturales que se presentan en la citología vaginal.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las campañas de auto-toma en población rural y suburbana son el principal aliado para la reducción de la tasa de mortalidad por cáncer cérvicouterino. Cabe resaltar que los objetivos de una campaña de auto-toma incluyen los siguientes elementos que marcan la diferencia entre la vida y la muerte:
• Disminuir la tasa de morbimortalidad por causa de cáncer de cuello uterino.
• Aumentar la cobertura poblacional de la toma de muestras cérvico-vaginales como sistema de cribado primario.
•Mejorar la calidad de los resultados obtenidos a través de la identificación del ADN del VPH.
• Determinar la distribución geográfica de los casos positivos y negativos para infección por VPH-AR.
•Determinar la prevalencia de la infección por VPH-AR.
•Evaluar la aceptabilidad de la auto-toma vaginal a nivel comunitario.
La identificación molecular del ADN del VPH es una prueba cualitativa in vitro para la detección del virus del papiloma humano a partir de muestras cérvico-vaginales de citología liquida. El objetivo es amplificar el ADN aislado por reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y la hibridación de ácidos nucleicos para la detección específicamente de los genotipos HPV16 y HPV18 además de detectar simultáneamente el resto de los genotipos de alto riesgo (Comisión de Regulación en Salud, CRES, 2011).
•Como conclusión vemos que los resultados de las nuevas tecnologías como la vacuna del VPH, las campañas de auto toma, y las pruebas moleculares como sistema integrado aportan fuerte evidencia para su uso como pruebas primarias de tamización en identificación temprana del VPH y rápida disminución de los casos de cuello uterino.
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