Fallo de La Haya difícil aplicar porque país entero está en contra: Holguín

El fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya de 2012 sobre la disputa marítima entre Colombia y Nicaragua será muy difícil de aplicar porque "el país entero (Colombia) está en contra", opinó hoy en Rabat la canciller María Ángela Holguín.

"Si usted mira, la gente no quiere que se acepte el fallo (...) Yo a esto no le veo una buena salida", dijo Holguín, que visita Marruecos para reunirse con su homólogo marroquí y convocar en el fin de semana a los embajadores colombianos de Africa y Oriente Medio en la ciudad de Marrakech.

Holguín dijo que la decisión de la CIJ de noviembre de 2012 "es difícil de entender", sobre todo cuando reduce a solo 12 millas el espacio económico de unas islas colombianas en las que viven 100.000 personas que dependen de la pesca, y por ende se le hace muy difícil al gobierno explicarlo a los ciudadanos.

Por ello -recordó- su gobierno ha acudido posteriormente a la Corte Constitucional colombiana, para que aclare si la modificación de límites "hay que asumirla como tal" (como marca el fallo de la CIJ) o debe dar lugar a un nuevo tratado, como dice la Constitución colombiana de 1991.

Aceptar el fallo de La Haya "es complejo porque iría contra la constitución (pero) el Gobierno es consciente de que el fallo lo ha pronunciado un tribunal al que se sometió", resumió Holguín.

Holguín criticó además a Nicaragua por haber creado "una situación muy compleja, revuelta, en general en todo el Caribe", pues su pretensión de una plataforma continental extendida "pasa por encima de Costa Rica, Panamá, Jamaica y hasta Haití (...) y esto no es fácil", afirmó.

Por otra parte, Holguín defendió las actuales conversaciones de paz entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como "una apuesta por la vía del diálogo y la reconciliación".

"La vía de la guerra no ha traído avances; tras cincuenta años de conflicto, los colombianos sienten necesidad de vivir en paz", justificó la canciller, quien consideró que la comunidad internacional "ha ayudado (a este proceso de paz) con sus mensajes de apoyo y aliento".

Con respecto a una eventual reelección del presidente Juan Manuel Santos, se mostró claramente favorable a que así sea, aunque dejó claro que personalmente no es partidaria de las reelecciones: "Cuatro años es poco; el periodo presidencial debería ser más largo y sin reelección, como sucede en México".

Holguín ve un eventual "Santos II" como una buena idea, pero no quiso pronunciarse sobre si también ella acompañaría al presidente en caso de un segundo mandato.

En cuanto a la aún joven Alianza del Pacífico que su país tiene establecida con México, Perú y Chile desde hace dos años, se mostró convencida de su buena salud, demostrada por el hecho de que Perú y México han cambiado de presidencia en este tiempo y ninguno de los nuevos presidentes ha cuestionado la pertinencia de esa alianza, ni parece que Chile lo vaya a hacer en el próximo cambio de gobierno.

"Va avanzando muy bien, extraordinariamente bien, pero no queremos que sea una mera alianza comercial, sino que tenga por objetivo la libre circulación de bienes, personas y capitales", aunque reconoció que para ello será necesario adecuar los sistemas de visados, aduanas y reglamentos.

"Creo que la Alianza tiene las bondades de que no permite aprender de los otros: por ejemplo, cómo han hecho Perú y Chile, que deben su increíble crecimiento del 6 y el 7% anual a su apertura hacia Asia, que les ha permitido ser más competitivos".

Marruecos, el país que visita desde el jueves, es el escenario donde Colombia está poniendo en marcha estas políticas de convergencia, tanto diplomática (comparte edificio con la embajada chilena) como comercial, ya que en el primer trimestre del año próximo está prevista en Casablanca la apertura de una oficina comercial cuatripartita.

Holguín pasará este fin de semana en la ciudad de Marrakech, donde ha convocado a los embajadores o encargados de negocios de Colombia en África y el mundo árabe, para plantearles los lineamientos en política exterior y escuchar de primera mano las condiciones (sobre todo en cuestión de seguridad) con que estas legaciones efectúan sus misiones.