Cuando las matemáticas superan la banca de los casinos

Desde que existen los juegos de apuesta, las personas han invertido tiempo en entender a la perfección la dinámica de cada uno no solo para poder apostar con más conocimiento, sino también para poder hallar algún método que aumente las posibilidades de obtener beneficios.

Uno de los juegos más populares de los casinos, la ruleta, cuenta con 36 números rojos y negros y dos números verdes, uno para el 0 y otro para el 00. Por lo tanto, hay 38 posibilidades en total. Este número que parece sencillo, se complejiza al momento de reflexionar más en detalle.

¿Es posible elaborar o detectar una manera racional para calcular las probabilidades en una apuesta?

Los llamados “juegos de azar” esconden tras esta denominación, el hecho de que los mismos están estructurados en probabilidades, uno de los conceptos matemáticos y estadísticos básicos. Por tanto, si hay probabilidades, éstas pueden calcularse o estimarse.

La ruleta es el ejemplo más sencillo de explicar por su popularidad, y dada su estructura que permite analizar el juego. La ruleta tradicional ofrece una probabilidad de ganar de 1 a 37, lo que equivale a un 2,7% de posibilidades con cada apuesta. Este número parece ser bajo, pero indica que el azar no es total, sino que se parte de una probabilidad de casi el 3% de ganar a priori. Luego, se puede complejizar el dato si se tiene en cuenta la cantidad histórica de veces que sale cada número y cada color, tomando un período de tiempo determinado.

El estudio de la probabilidad ha sido desarrollado a lo largo de la historia de la ciencia en distintos países, sobre todo durante el siglo XX. Esto ha permitido que matemáticos prestigiosos, como Pierre Fermat, Jakob Bernoulli, Blaise Pascal y Siméon Denis Poisson, realicen aportes relevantes a este campo. Estos estudios son comprobados en distintos rubros, entre los cuales la industria del juego de apuestas es uno de los más atractivos.

En la década de los 90, la familia García-Pelayo, realizó un importante descubrimiento que hizo a la familia reconocida en el mundo. Pudieron elaborar un método legal para ganar en las ruletas de cualquier casino. Una vez comprobada su fórmula, la familia publicó un libro llamado “La fabulosa historia de los Pelayos” (2003).  El método parte de la idea de que no existe la ruleta perfecta, y, por tanto, todas tienen defectos físicos. Estas anomalías pueden deberse a distintos factores como casillas desiguales, curvaturas laterales, diferente atornillado de las paredes de los casilleros que recogen la bola. Son estas anomalías las que provocan que algunos números salgan con más frecuencia que otros, y así, cada ruleta presentará un comportamiento distinto al esperado en una máquina perfecta.

La investigación no fue sencilla, puesto que los casinos no permiten experimentaciones situadas. Durante meses, los García-Pelayo se las ingeniaron para anotar los números que salían en cada una de las mesas de ruleta del casino. Tras contar con datos suficientes, calcularon la cantidad de veces que cada número salía por encima de su expectativa, refiriéndose a ella como positivo. Así, si en 36 tiradas el número sale una vez no habrá positivo. Si sale dos veces tendremos un positivo (+1), si tres, dos positivos (+2), etc.

Antes de que se devele su método, la familia pudo prever que ganarían en el casino de Madrid, como realmente ocurrió, 70 millones de pesetas (420.708 €) durante el verano del 92.  Desde ya, esta táctica solo funciona en casinos físicos, pero si quieres aplicar la matemática en la tranquilidad de tu casa, puedes ver en casinosonlineencolombia la guía más completo de casinos digitales en nuestro país.

Sin embargo, la banca también trabaja para encontrar estos hiatos que posibilita racionalizar los juegos, y en el caso de la ruleta, el antídoto contra este sistema es cambiar de forma frecuente las mesas, de modo que no sea posible recabar suficientes datos que permita conocer su comportamiento.