ESPECIAL | LA PATRIA
En un contexto tan competitivo y complejo como el actual, las empresas en Colombia necesitan ser cada vez más eficientes y evidenciar su compromiso con el medioambiente. Buencafé, única fábrica de café liofilizado en el país, ha hecho una elección natural y ha dado este salto para garantizar la sostenibilidad ambiental en la industria cafetera.
En sus 48 años de operación, Buencafé, ubicada en Chinchiná, Caldas, ha alcanzado importantes resultados en materia ambiental: menor consumo de recursos naturales y energéticos, reducción de emisiones y vertimientos y una buena gestión de residuos.
José Luis Ocampo, ingeniero de Proceso de Buencafé, señala que: “El 31 de marzo de 1973 empezó a operar la fábrica, siempre con una política clara de cumplimiento de la ley, de mejoramiento continuo, de protección del medioambiente, de cuidar los recursos naturales y enmarcados en la política de la Federacafé”.
Años tras año, la empresa ha multiplicado sus acciones y estrategias para aportar en el cambio climático, cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mejorar la calidad de vida de la sociedad y los actores que comprenden la cadena de valor de la industria del café.
Recorren el camino de la transición energética
En 1999 la fábrica recibió la certificación internacional de Sistemas de Gestión Ambiental ISO 14001 por la optimización de recursos, reducción de la contaminación y promoción de mejores prácticas ambientales. Adicionalmente, el café que producen también ostenta los sellos de Rainforest Alliance Certified, Orgánico, Fairtrade y UTZ.
En ese mismo año, la empresa hizo su transición del crudo al gas natural para su proceso industrial, porque considera que es la energía más limpia, un sistema fácil de instalar, reduce las emisiones de gases responsables del efecto invernadero y mejora la calidad del aire.
“Ha sido una bendición porque contribuye a que seamos una empresa limpia y preocupada por el medioambiente. Efigás se ha convertido en una aliada, porque siempre nos ha respaldado en los precios, brinda ofertas comerciales atractivas y un servicio continuo que nos ha permitido mantener nuestra producción”, resalta Ocampo.
Esta industria consume diariamente entre 60 y 80 mil metros cúbicos (m3) de gas natural. En el 2019, su consumo alcanzó los 24 millones 208 mil m3, una cifra que se redujo a 23 millones 250 mil 534 m3 en el 2020. Esta disminución obedeció a la implementación del modelo de reutilización de borra (residuo resultante de la transformación del café) y cisco como otros combustibles para las calderas.
Este sistema funciona desde hace 26 años. Se empezó usando la borra del café y actualmente se agregó el cisco, esa cáscara que recubre el café pergamino y proviene de las trilladoras, con el fin de atender al llamado de la economía circular. Sin embargo, esta alternativa no es suficiente para generar el vapor necesario, por lo que el gas natural sigue presente cumpliendo un papel importante y complementario.
“Es idóneo para la generación de vapor. Del 2019 al 2020 pasamos del 16% al 20% del uso de la biomasa (borra y cisco). Eso significó un ahorro de $2 mil 800 millones, disminuyó gases de efecto invernadero y evitó el transporte hacia rellenos sanitarios. Además, las cenizas son bajas entre 0.2% y 0.4%, comparado con las que emite el carbón que alcanzan el 10% y se complementa la balanza energética con el gas natural”, añade el ingeniero
José Luis Ocampo, ingeniero de Proceso de Buencafé
Cambios que marcan la diferencia
La fábrica también cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales desde 1990, mucho antes de que fuese un requisito obligatorio. En esa misma década suspendieron la refrigeración que funcionaba con gas freón y que afecta a la capa de ozono. Actualmente, en sus refrigeradores se usa el amoníaco, que es considerado un refrigerante natural.
Dentro de la lista de aportes también figura la instalación de luces led, que les permitió declararse como una empresa libre de mercurio; la recolección de aguas lluvia para ser reutilizadas en el proceso industrial, y el uso de paneles solares para iluminar el área de administración. Ahora le apunta a la transformación digital, el fomento de una cultura ágil y sostenible, y ser una industria 4.0.
La empresa está comprometida con seguir innovando en sus procesos e impactando positivamente en el ambiente. Metas que se vuelven más cercanas y sólidas, gracias al Comité de Gestión Energética de Buencafé que se consolidó en el 2008, con el interés de implementar proyectos que contribuyan a la reducción en el consumo de energía eléctrica, combustibles y agua.
José Luis Ocampo insiste en que la continuidad del negocio y su crecimiento, que en el primer semestre del 2020 reportó ventas históricas DE USD$78.4 millones, también es fruto del esfuerzo de sus aliados, entre los que se destaca Efigás, que siempre los ha respaldado, incluso en los momentos más difíciles.
“Durante la pandemia la fábrica no paró, estuvo activa, le fue muy bien en ventas y producción. Con Efigás no hubo tropiezos, estuvieron atentos a cualquier necesidad, se tuvo el apoyo comercial, logístico de facturación y visitas de los técnicos”, subrayó Ocampo.
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